13 de noviembre de 2009

DE QUÉ COJEA EL PAÍS

Innove por favor

Por Miquel Bonet, abogado , Director. del Pr. Competencias Universidad de Barcelona y L3
Dos de los mayores problemas que arrastramos en este país, son la educación y la justicia , en educación tenemos números impresentables, por ejemplo en post-obligatoria, o sea, bachillerato o FP, y aunque por primera vez más de la mitad de los españoles hayan cursado estos estudios , casi un 35 % acaba dejándolos , es eso que llamamos el fracaso escolar , aunque nadie parece preocuparse demasiado, excepto las miles de empresas que necesitan puestos cualificados y gente de oficio, que incluso en la crisis, siguen haciendo falta.
De la justicia, precisamente porque soy abogado, voy a hablar poco, no importa que haya más de 2 millones de sentencias por dictar, que falten funcionarios, jueces y sobre todo voluntad política para arreglarlo, y seguro que no es un tema de dinero, quizás lo sea de convicción, yo soy de los que pienso que no hacen falta tantas leyes, simplemente que se cumplan, me temo que, como decía Tácito hace mas de 20 siglos, los excesos en leyes lleven más fácilmente a la corrupción.
Sigo creyendo en la gente honrada y creo que los órganos de la justicia lo son, aunque no es fácil tomar decisiones cuando existe una telaraña procedimental como la que tenemos aquí y se usa el Tribunal Constitucional con la ligereza con que se hace. Mucho me temo que los padres de la patria, desde sus cómodos escaños, debieran escuchar un poco más al pueblo, aplicar el “sentido común” y entender que la ley va detrás de la justicia y que ésta es un valor que nunca se aprende a golpe de reglamento, sino que nace y se desarrolla con la propia educación del individuo, por eso hay que educar en la infancia y reeducar padres, la gente no deja de robar porque lo diga la ley, sino porque lo dice su conciencia, éste es el tema.
Nos avisaba Robert G. Ingersoll, que “en la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias" y del “polvo” que venimos arrastrando durante siglos, pues tenemos los lodos actuales, somos el país de las revoluciones pendientes, porque siempre alguien las hizo por nosotros y cuando tuvimos la oportunidad en 1812, creímos que nuestra 1ª Constitución , que debía ser el marco de nuestro derecho, era una chirigota de Cádiz y dejamos que se la cargara un pésimo monarca, pero ¿no éramos republicanos? lo que sigue ya lo sabemos todos.
Hoy tenemos pendiente, la desamortización y siguen algunos latifundios y, a base de estrangular los pocos trabajadores del campo, hemos conseguido acabar con ellos y ya importamos naranjas de Marruecos y Brasil. Tampoco nos ha ido bien en bienes de consumo, de ser una potencia en juguetes ó calzado nos queda poco más que la distribución, porque otros países son más competitivos que nosotros. Incluso nuestra potencia turística está en entredicho, porque no estamos seguros de poder competir con otros países emergentes, ya que fuimos rebajando nuestra cuota de calidad, limando los servicios y sólo la agresividad comercial y el talante de muchos empresarios nos permite mantener la esperanza de ser un referente mundial.
Por si alguien quiere escuchar, creo que por el camino de la educación y de los valores es posible crear el clima de confianza para que se pueda innovar, gestionando mejor el conocimiento, especialmente el crítico, que tienen todas las empresas, confiando más en la gente que tenemos y apoyando sus ideas, copiando las de otros, y al final aplicándolas, seguro que aprenderemos todos y hasta puede que seamos más competitivos.

Miquel Bonet (M. B. es abogado y profesor de técnicas de la comunicación en la Universidad de Barcelona)

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